Sin duda son españoles

Sin duda son españoles.

Por mucho que quieran disimularlo –aún hablando en otro idioma– los catalanes son españoles, de otra forma no se entendería el espectáculo tan vergonzoso al que estamos asistiendo estos últimos años.

Ya lo dijo supuestamente Bismarck “España es el pais más fuerte del mundo: los españoles llevan siglos intentado destruirlo y no lo han conseguido».

Sea auténtica o no la cita, lo que si está claro es que es una verdad como un templo.

Guerra de independencia, varias guerras de sucesión, golpes de estado, intentonas, sublevaciones, asonadas, rebeliones cantonales, guerras civiles, además de caída de la monarquía y asesinato de cinco presidentes de gobierno, y todavía estamos en pie.

Los españoles somos conocidos como pícaros universales, pillos, bribones y descarados, y todos estos calificativos se pueden adjudicar sin ningun temor a equivocarnos a lo que están perpetrando los políticos catalanes.

Pero no todo van a ser pillerías, también estamos asistiendo a un autentico rosario de “buenismos” –al mas puro estilo Quijotesco– con los que nos anuncian una suerte de Arcadia feliz en donde prácticamente no se pagarán impuestos, todos los extranjeros serán acogidos –a no ser que sean españoles como ellos–, los paises de su entorno no sólo los están esperando sino que están “deseando” que sean independientes, se acabará la corrupción –aunque sus dirigentes estén enfangados en el famoso 3%– y ya solamente faltaría que lloviesen billetes de 500.

Para conseguir todo esto se necesita que, tras la independencia, el resto de España se haga cargo de pagar las pensiones –ellos solos no pueden–, que el resto de España siga comprando sus productos, que el resto de España tenga a bien financiar su deuda y ya puestos le prestamos el ejército cuando sea menester.

Es decir, nos vamos pero no nos vamos, o mejor dicho no nos vamos y nunca lo hemos pensado pero queremos mas dinero y un encaje –como se dice ahora– un poquito por encima del resto, pues como bien dice Junqueras, genéticamente somo distintos.

¿O quiso decir mejores?

Y si han llegado hasta aquí es porque no somos un país muy serio, nos gusta la alegria y el jolgorio y nos cuesta tomarnos en serio a nosotros mismos.

Los pícaros catalanes quieren engañar a los picaros del resto de España y ahí andamos jugando al gato y al ratón en cuanto los ciudadanos luchan dia a dia para llegar a fin de mes.

¿Pero esto a quien le importa?

Todos los españoles somos picaros, envidiosos, soñadores, pero buena gente y los catalanes –como buenos españoles que son– también.