
Nos hemos pasado semanas escudriñando los matices que podían diferenciar a los candidatos a la secretaría general del PSOE y en base a lo visto y oído hemos votado.
Esta parte de la película es la más fácil, quizás también la más ruidosa, pues se ha intuido algún navajeo, pero en general la sangre no ha llegado al río.
Iniciamos ahora un periodo más complicado, se han de componer los cuadros que se encargarán de llevar a cabo la política que se articule en las agrupaciones, en la base del partido.
Ayer mismo hemos asistido al primer efecto de la implicación de los militantes en la política real y al cumplimiento del primer compromiso de campaña, ayer los europarlamentarios se han visto obligados (véase lo declarado por Jauregui) a votar NO a Juncker.
Este voto negativo es producto directo de lo expresado por las bases del partido a través, sobretodo, de las redes sociales.
Pero este triunfo, pírrico en sí mismo, no debe hacernos bajar la guardia.
La militancia de base ha de ser la que marque las líneas generales a seguir y no debemos dejar en manos de un restringido y selecto grupo este tipo de decisiones.
Si los militantes siguen haciéndose oír con fuerza, será cuando el nuevo secretario general podrá dirigir este partido con absoluta independencia de cualquier sistema de Taifas, tan arraigado y tan obsoleto al mismo tiempo.
Este partido se ha de construir desde la base, agrupando ideas y respetando discrepancias.
El tiempo apremia, el PP visto el panorama económico, e intentando cercenar las posibilidades de organización de Podemos se apresta, parece ser, a un adelanto electoral.
Si se cumpliera semejante vaticinio podríamos vernos abocados a una segunda legislatura de la mano de Mariano y su guardia pretoriana.
El momento es de unidad, de dar pasos firmes hacia un futuro mucho más a la izquierda de lo mostrado hasta este momento.
Un partido que se dice de alma republicana no puede manejar en su léxico diario palabras como condes, duques o barones.
El PSOE tiene que conjugar el verbo participar y sobretodo recordar lo que decíamos a nuestros hijos cuando eran más pequeños; «antes de cruzar la calle mira hacia la izquierda».
El hecho en sí, es sólo la primera parte de las acciones que el PSOE debe afrontar más pronto que tarde. De momento todo es humo, y esas primarias, ansiadas y exigidas por toda la militancia se disipan de igual manera. La victoria del candidato, no más guapo, sino el más conservador, dificulta de manera soberana el futuro reformista dentro de un partido, de por sí, ruinoso y anclado en victorias pretéritas.
Es pronto para cantar victoria y sacar del armario las banderas del puño y la rosa. Basta con ver las primeras acciones del «elegido»;
Retrasar primarias y auto proclamarse o autoproclamar candidato a la presidencia del gobierno. O candidata. Lo cierto es que esta ejecutiva tendrá un «color especial».
La segunda acción ha sido reunirse con los barones del partido y no con las bases de las que tanto hablaba.
Como digo es pronto para hacer un juicio sensato. Esperemos a ver que nos depara el futuro que, viendo como van las cosas y lo precipitado que va todo hoy en día, el margen de acción es muy limitado.
Muy buen razonamiento.
Yo solo aspiro a que nuestro nuevo Secretario General, nos permita y proporcione los medios para que las bases decidamos. Con eso me conformaría.
Ello permitiría ser consecuentes con nuestras ideas. Las de la mayoría, la de los militantes.
Porque no es posible que seamos republicanos y nos guste el rey. Que seamos laicos y mantengamos la financiación de la Iglesia Católica. Que seamos socialistas OBREROS y defendamos los bancos y el poder de los mercados. Que seamos defensores de los derechos de los débiles e indultemos a banqueros. Que seamos socialistas y hayamos estado a punto de votar a alguien como Juncker en Europa…
No, así no se puede. Si no somos coherentes nos nos pueden votar porque no nos entienden, no saben si haremos lo que pensamos como socialistas o lo que decidan unos cuantos por su cuenta y sin riesgo.
Totalmente de acuerdo