Totum revolutum.
Nos fuimos en el mes de julio deseando un feliz verano –a todo aquel que estuviese en condiciones de disfrutarlo– y rogando por una vuelta al tajo en septiembre que esbozase un poco más de serenidad y cordura.
Pero las cañas se han vuelto lanzas –o siempre lo han sido– y lo que nos hemos encontrado ha sido –como bien indica nuestro título– un totum revolutum.
Según la RAE un revoltijo.
En principio nos encontramos un conjunto de muchas cosas sin orden ni concierto aparente, una España desquiciada por los lanzazos propinados tanto desde la derecha más recalcitrante como desde la izquierda mas estúpida –si, aunque nos cueste reconocerlo en la izquierda también hay estúpidos– aunque por suerte los tenemos a todos recogidos en un mismo rincón –cada vez más pequeño–.
Lo de la derecha es otro cantar pues los estúpidos están bastante más repartidos y parece –o al menos a mi me lo parece– que hay muchos más.
Todos los consensos trenzados en estos últimos 40 años de democracia, todos los avances –si, avances– conseguidos, se tambalean bajo la presión de indocumentados, mentiras voceadas en las redes sociales y jaleadas por politicastros de nuevo cuño –a sabiendas de las falacias que defienden– con una inusitada falta de decencia y sentido común.
Mienten a sabiendas y no les importa.
Las comunidades autónomas –con minúscula por su bajeza de miras– intentando repartirse una tarta que en última instancia solamente parece revertir beneficios a los políticos que están al frente de las mismas pues –al menos en Canarias– seguimos a la cola de todo, ni siquiera hay que tomarse la molestia ya de enumerarlo, piensen uds. en sanidad, educación, servicios sociales, empleo, etc,… lo que quieran, siempre estamos ahí, los últimos, bueno en algunas cosas quizás los penúltimos.
Pero como dice nuestro ínclito… Estamos trabajando para mejorar.
Y todo este rebumbio no permite alcanzar ningún tipo de acuerdo sensato que pueda ir más allá del posicionamiento ideológico a la contra de algo o de alguien.
No estamos construyendo nada duradero pues todo está marcado por un frentismo suicida al que nos han arrastrado las nuevas formaciones políticas que lo han emponzoñado todo con un veneno revanchista que no permite presentar a los electores sino «pírricas» victorias que no van mas allá del titular oportunista de algún medio de comunicación «pagado?».
En este último mes de agosto –ese mes en el que nunca pasa nada– nuestros representantes políticos, con la inestimable ayuda de ciertos medios de «comunicación?» se han enzarzado en estupidas guerras de puntos y comas, plagios y demás mandangas que les han servido para pasar un verano entretenido en el que han ignorado lo más importante que es legislar, buscar las fórmulas para que podamos vivir mejor y más felices, pues esa es en esencia la razón de que los hayamos colocado al frente de este país.
El serial catalán lo abordaremos en otro momento pues ahí parece que de pronto ha caído un hechizo sobre ellos y se han convertido en seguidores de cualquier charlatán que se les ponga delante contando mentiras y distorsionando tanto la realidad actual como la histórica.
Confusión y enredo, éste es el resumen del momento actual de la política en España.
Y ante el estupor ciudadano, la guinda, ¡vuelve el Marqués!
Esto es la casa de tócame roque.
Adiós al verano y bienvenido el ardiente otoño.
Totum revolutum.