Ni un palo al agua

Ni un palo al agua en toda su vida.

Esta expresión podría definir a toda una categoría de politicos que asolan nuestras instituciones convirtiéndose en verdaderos profesionales de la supervivencia al calor del presupuesto público.

Funcionarios sin oposición que diluyen su responsabilidad en la ignominia de una lista cerrada y bloqueada, evitando de esta manera la censura del votante hacia su labor.

Una pléyade de candidatos con poco que ofrecer y mucho que esconder.

En la cumbre de este modelo de político –que deberíamos desterrar– yo situaría a la pre candidata.

Cuando alguien no tiene un oficio al que regresar –una vez que abandona la política– se convierte automáticamente en un peligro para las instituciones democráticas y en una carga para el contribuyente de por vida.

Al no tener ningún tipo de bagaje personal que ofrecer deben aferrarse como lapas a cualquier puesto que se les ofrezca y por ende transar con cualquiera que les imponga sus condiciones, en otras palabras, ni son libres para representarnos, ni son dignos del puesto que ocupan.

No deberíamos permitir que este tipo de politicos siga al mando del socialismo de nuestro país.

Se acerca el momento de la militancia, el momento en que habrá que dar un paso al frente y tomar las riendas del partido provocando de esta manera la jubilación del aparato vendido a mayor gloria de Mariano Rajoy.

Hasta ese momento el Partido Socialista seguirá siendo rehén de Rajoy y Díaz.

La estrategia de Susana Diaz para ser glorificada como Secretaria General ha fracasado pero su empecinamiento dividirá al partido irremisiblemente.

La redefinición de la socialdemocracia no avanzará un ápice si los socialistas son considerados como meros apéndices del Partido Popular como hasta ahora.

Para dirigir a los socialistas no basta con ganar unas elecciones en un rincón de España –por muy grande que este sea– hay que tener proyecto, hay que compartir ideas y sobretodo hay que ser honesto.

 

 

 

 

2 comentarios en “Ni un palo al agua

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