Vértigo y costumbre

Vértigo y costumbre son una sensación y un hábito –respectivamente– que atenazan el discurrir de la política canaria cíclicamente.

Esta vez los exabruptos nacionalistas y sus evidentes humillaciones y desplantes parecían haber rebasado el punto de «no retorno» y la infinita paciencia socialista.

Pero no, una vez más, hemos descubierto que la paciencia socialista rebasa con mucho el concepto de lo «infinito».

Ya no importan los incumplimientos en ayuntamientos o cabildos, da igual que se establezcan posiciones unilaterales por parte de ATI-CC, el socialismo actual no encuentra la formula mágica que le permita defender sus principios sin perder sus salarios y ahí es donde muere cualquier atisbo de defensa del bien común y se sustituye por el recuento de ganancias.

El espectáculo ofrecido estas ultimas semanas ha sido, cuando menos, curioso.

Dentro del gobierno canario se ha desarrollado un enfrentamiento feroz entre los dos grupos políticos que lo componen ATI-CC y PSOE y fuera, al calor de los próximos congresos que se avecinan dentro de los partidos políticos, la lucha ha sido algo así como un todos contra todos.

El vértigo socialista nos aboca –una vez más– a continuar soportando este gobierno condescendiente de ATI-CC.

El ya largo –larguísimo– periodo de gobiernos comandados por ATI-CC se ha tornado en «costumbre» y este hábito se está convirtiendo poco a poco en una losa que aplasta las ansias de los canarios en su afán de conseguir una sociedad mas justa y el desarrollo de políticas sociales encaminadas a mejorar el bienestar de los canarios.

Pero este panorama tan sombrío no es exclusivo de nuestro «bienamado» gobierno autonómico, en el resto de ámbitos insulares o municipales seguimos ampliando nuestra «plantilla» de personal de confianza y para muestra ahí tenemos el proceder de los políticos de nuestra propia isla en donde disponemos de tres «superministros», debidamente repartidos entre los partidos gobernantes.

Siguen gobernándonos los «intereses» y las «familias» de siempre, como de costumbre.

 

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