Un nuevo año?

Calentito comienza este año 2016 que se presume además inestable e impredecible.

Estos días la actualidad más inmediata la está marcando la ignominia y la vergüenza que nos produce el llamado caso Noos, que sin embargo no es más que una muestra de lo ocurrido a todo lo largo y ancho del país y que quede claro que siendo este caso el más llamativo, estas prácticas no se circunscriben solamente a las élites o al gremio de los «políticos». La mediocridad y la decadencia ética se han adueñado de nuestra sociedad.

Otro de los ejes que marcan la actualidad es el llamado «proceso catalán», una suerte de parodia revolucionaria o más bien una mala película al más rancio estilo del cine español de la época franquista.

El mediocre espectáculo catalán nos da una idea de lo que somos capaces de hacer por una pequeña cuota de poder y por una, no tan pequeña, cantidad de dinero, pues al fin y a la postre de eso va el pretencioso «proceso», del dinero que esperan conseguir las nuevas élites.

El que se esté creyendo las cuestiones identitarias y las lágrimas de cocodrilo de Junqueras que eche mano de las declaraciones del «rey Arturo» -lo que no nos dieron las urnas, lo arreglamos en la negociación-, es decir, que los catalanes votan A pues ya negociamos y ponemos B, como pueden apreciar, no hay nada más español que un independentista sin mayoría.

Y para remate tenemos la muy comprometida situación del parlamento de Madrid, un quiero y no puedo en toda regla.

Los ganadores, el PP, quieren, pero no pueden evidentemente, pues a la ausencia de mayoría unen el cabreo general que han provocado en el resto de los participantes de la fiesta durante estos últimos cuatro años.

A los novatos se les ve el plumero a cada día que pasa, bueno a Ciudadanos ya lo teníamos calado desde el principio pero lo de los podemitas es para nota, los tipos quieren ser cuatro para cobrar más y ser uno en la mesa del Congreso para conseguir más representantes, algo así como la santísima trinidad si contamos con la Colau, vamos que estos lo de la pela ya lo tienen aprendido pero no se apuren que después ellos lo «donan» y aunque esto ya no se lo cree nadie el argumento para defenderse siempre es el mismo, a saber, «con todo lo que han robado los otros…», es decir, y tú más, igualito, igualito que la vieja política.

Ver a Iglesias abrazado a su maletín de diputado como un niño con zapatos nuevos ha sido de lo más enternecedor y al mismo tiempo uno se estremece pensando lo que defiende este tipo.

En medio de todo este guirigay al único partido al que se le pide «sentido de estado», «altura de miras», «responsabilidad» y todo lo trascendente que se les pueda ocurrir es al PSOE, incluso hay algo de morbo pensando de qué manera conseguirán los socialistas hacerse el haraquiri.

El tiempo dirá, pero este año va a ser de lo más entretenido y espero que por encima de derechas, derechitas y pijo-progres se imponga esa cordura, sentido de estado, altura de miras y responsabilidad socialista que siempre ha demostrado el PSOE.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *