«No ha nacido hembra…»
Así, con estas cuatro palabras comenzó el principio del fin para el «todavía» alcalde de La Oliva.
Y para colmo de desdichas tan atrevida aseveración se vio rebatida por partida doble pues el Ayuntamiento de La Oliva allá por principios del siglo XXI fué presidido no por una sino por dos mujeres, relegando al hasta entonces alcalde a la oposición.
En estos momentos, y amparado en la «desconexión» del resto de partidos políticos, el PPM lidera un Ayuntamiento a la deriva, inmerso en una maraña de pleitos por las aberraciones urbanísticas cometidas.
El último capítulo que se está escribiendo estos días es el del intento de los diversos grupos de descabalgar al alcalde de su puesto.
Resulta curioso observar el tacticismo de cada uno de ellos, sobre todo CC, esperando a que la fruta caiga madura en su zurrón.
Quizá lo más lógico, por el bien del pueblo, hubiese sido dejar a un lado las diferencias, tanto políticas como personales, y conformar un grupo de gobierno que, con un programa de mínimos consensuado podría erradicar de una vez por todas las maneras caciquiles de antaño.
Pero no ha sido así y aquí estamos celebrando un pleno patético, repleto de insultos y descalificaciones, dando una imagen sombría ante sus convecinos.
El modo en que se levanta la sesión nos retrotrae a muchos años atrás, años de autoritarismo, despotismo (nada ilustrado) y en resumen «tiranía».
La sensación de parálisis y desorientación de los concejales en ese momento nos da una idea de porqué la política vive su peor momento.
Si no hay un rédito político a la vista ningún partido se mueve. Ni se nos ocurra apelar al «bien común» parece que esto no interesa a nadie.
La corporación al completo es la responsable de lo que sucede.
Incluso cuando te tratan como a un don nadie tu tienes tu parte de culpa.
Y que esperarse de un ayuntamiento que cada vez que hay un pleno le asiste la sin razon? Y el pueblo se merece esto? Donde estan las personas serias de un pueblo querido por todos?