Hubo un tiempo, no tan lejano, en el que la imaginación se consideraba un don, un regalo.
De aquel tiempo de luchas honestas queda bien poco, el capitalismo, entendido en su más nefasta acepción convierte cualquier cuestión, idea o slogan en una bonita camiseta para su consumo masivo, y mediante la banalización del discurso provoca la pérdida de la personalidad y la identidad de los colectivos sociales.
«Levanta los adoquines, debajo está la playa», no puede ser, este mensaje, mas subversivo e inspirador. Pero no serán estos los mensajes o ideas que se escancien por nuestras calles en estos momentos.
La falta de imaginación nos está llevando irremediablemente a la repetición de los mismos clichés año tras año, dejando en manos de los más desalmados el devenir de nuestra sociedad.
La falta de imaginación y la testarudez de nuestros políticos han convertido nuestro sistema social en una carrera de obstáculos para sobrevivir dignamente.
La falta de imaginación desemboca en administraciones públicas anquilosadas, enfermas y tristes, sobre las cuales se apoyan ciertos políticos para dominar y controlar a los ciudadanos.
Existen fórmulas para intentar revertir esta situación pero la primordial es la participación ciudadana.
Esta idea de apertura choca frontalmente con las organizaciones políticas tal cual están funcionando hoy en día.
Los partidos políticos siguen faltos de renovación y los «eternos» siguen cercenando la libertad de cualquiera que intente descabalgarlos de sus tronos.
La lucha por unas organizaciones políticas más plurales e imaginativas se aproxima y no podemos permitir que los cargos públicos copen la infraestructura del partido pues provocarán inexorablemente la pérdida de libertad e independencia de éste.
En el Psoe, al menos, ya que se supone de izquierdas, debería aplicarse el «muy sano» axioma de «una persona, un cargo» y todo aquel que ostenta responsabilidades públicas debiera dedicarse «plenamente» a su desarrollo y apartarse de la vida institucional del partido promoviendo de esta forma la participación de más militantes en el proyecto político del partido.
Pero les apuesto lo que quieran que esta propuesta «imaginativa» no tendrá ninguna repercusión pues el ansia de control es tan infinita como la estupidez.
Tienes 10 segundos para imaginar,…
Si no se te ha ocurrido nada, a lo mejor, deberías ver menos la televisión.