Una vez cerrado el capítulo de las primarias del partido socialista en la Comunidad y proclamada ¿a bombo y platillo? la ganadora, se impone pasar a la acción.
Sin embargo da la impresión de que, en un primer momento, existe una cierta cautela en el equipo ganador, porque lo que es evidente a estas alturas es que el «bendito aparato» no va a trabajar para facilitar las cosas, mas bien vamos a asistir a una constante labor obstruccionista por su parte.
Los primeros movimientos por parte de J. M. Perez y sus adláteres ha sido algo inaudito, se ha aplicado a la labor de realizar las listas electorales repartiéndose puestos y prebendas para así «agarrarse» al sillón, sin otro objetivo que el mero hecho de perpetuarse.
Ante estas actitudes caciquiles, a las que ya estamos acostumbrados, quedan pocas opciones de reacción, es mas yo diría que sólo hay dos caminos para atajar semejante usurpación de la voluntad de los votantes, o una inmediata integración «real» del equipo de Patricia Hernández para llevar a cabo una dirección renovada apartando al equipo existente que nos ha traído hasta aquí, siempre bajando la cerviz ante los designios de Coalición Canaria, o ir a un Congreso Extraordinario en donde se avance urgentemente en la puesta en marcha de un renovado Partido Socialista Canario, acorde con los nuevos tiempos y acelerando la jubilación de la vieja guardia.
Si no emprendemos este camino con urgencia, dejando atrás el lastre acumulado durante tantos años, corremos el riesgo cierto de pasar a tener un papel meramente testimonial en la vida política canaria.
En el futuro no podemos pactar con cualquiera que nos ofrezca un puñado de sillones, no podemos alimentar un ejército de cargos de confianza, con la única argumentación de que el vecino también lo hace y sobretodo en nuestras listas han de situarse personas capaces, y no sería de recibo que el único merito de algunos sea pertenecer al partido.
Los tiempos que se avecinan se barruntan muy difíciles y para triunfar hemos de contar con los mejores y en esta categoría no caben ni los caciques ni los ayuda de cámara.
Todavia quedan muchas ventanas por abrir para airear esta organización, no podemos titubear, de lo contrario nuestras casas del pueblo terminarán convertidas en «oscuras cuevas» y no podemos permitir semejante ignominia.
Insisto, no es momento de titubeos, hay que dar un paso al frente.
Totalmente de acuerdo.
Con militantes que vean las cosas, y las digan- siempre, y no sólo ahora, después de la «quema» y el «naufragio» general del psoe – con tanta claridad, honestidad y valentía como lo hace el autor de este escrito, sin duda alguna, el psoe y sus representantes nunca hubieran caído tan bajo ni hubieran estado tan desprestigiados como lo está ahora ante la población.
Sin duda, este señor, según tiene la lucidez y la sinceridad para decir lo que dice, también la tendrá para escuchar, sin molestarse, a los que, respetuosamente, le decimos que vemos a Patricia Hernández como una responsable más del descalabro monumental del psoe, pues no en vano, ella ha sido alguien, no una simple militante cualquiera, y durante DIEZ AÑOS, en ese partido. ¿Quién puede esperar que esta señora, con una trayectoria e historial semejante y sin una queja de la dirección de su partido en Canarias durante un DECENIO, ahora vaya a ser el alma y la conductora del cambio radical que necesita su partido, si no quiere terminar definitivamente en la marginalidad y la nulidad?