Desde nuestra incorporación a la moneda única, el euro, nuestras vidas han dado un vuelco importante.
El primer síntoma del cambio que iba a llegar fue el famoso redondeo, siempre al alza claro.
En un par de subidas, y en muy poco tiempo, un periódico pasó de los sesenta céntimos a un euro. Asimilando de esta manera la antigua moneda de cien pesetas al euro. Un 66% de incremento.
Este fue nuestro pecado original al entrar en la Europa económica.
Intentamos equipararnos a Europa en nivel de vida, prestaciones sociales, infraestructuras, etc,…
Pero cometimos un pequeño error. Nuestro país venia desde muy atrás a incorporarse a la modernidad y como siempre hacemos las cosas los españoles, quisimos ser los primeros.
Nos subimos a lomos de la burbuja inmobiliaria y del dinero fácil de Europa vía fondos de cohesión y nos pusimos a gastar como locos, AVE, autovias, aviones de combate, etc,… la inversión en colegios, tecnología, sanidad, investigación y universidades no llegó a los mismos niveles.
Multiplicamos la economía subvencionada. A toda la producción que no se mantenía por si misma o no era competitiva, por ejemplo el carbón, le cubríamos sus pérdidas con subvenciones, ayudas, o cualquier otro concepto que nos podíamos inventar.
Hemos cobrado subvenciones por plantar tomates, por tener cabras, por eliminar viñedos, olivos y hemos pagado multas por producir leche en demasía. Un disparate.
Y así hemos ido viviendo una gran mentira todos estos años.
Ahora, como se decía antiguamente ha llegado paco con la rebaja. A mi me gusta más decir que ha llegado la hora de «pagar» las consecuencias.
Todos hemos colaborado para llegar hasta aquí.
El que ganando 1000 €, pedía una hipotéca de 800 € y el que se la concedía, los dos.
El que pide que lo despidan para cobrar el paro y el que lo consiente, los dos.
El constructor que construye sin medida y el político que se lo permite, los dos.
Vamos a dejarnos ya de la historia de los mercados financieros, las agencias de rating y demás zarandajas, todos sabemos que cuando uno está debil económicamente y pide ayuda, si el banco accede a «prestarte» siempre es a cambio de un interés superior y pidiendote más garantías por que no se fía de ti y su riesgo es mayor.
Lo que no podemos hacer cuando vienen mal dadas es decir «yo no lo sabía». ¿Tanta gente en este país iba por ahí firmando contratos e hipotécas sin saber lo que firmaba? No me lo creo.
Nuestros políticos tienen mucha culpa de lo que ha ocurrido, claro que si, pero incluso a esos de los que sabemos que estan manchados por la corrupción, les volvemos a votar. Acaso ¿este es un país de locos? Yo más bien diría que tenemos lo que nos merecemos o lo que queremos tener.
No podemos trabajar siete horas, cobrar como si trabajáramos doce, tener cuarenta y cinco días de vacaciones, días de asuntos propios, bajas sin control, un año regado generosamente de fiestas y no olvidemos que somo un pais super laico pero cuando nos interesa tenemos navidad, semana santa, corpus y vírgenes para aburrir.
Los de arriba, los famosos de la cabeza cuadrada, están cansándose de mantener esta Europa tan contradictoria.
Hemos jugado a la ruleta y hemos perdido, ahora nos toca retirarnos y pagar nuestras deudas y estas no se pagan cambiando de juego, se pagan trabajando.
Sr. Ledo, lamento verle nuevamente tan cabizbajo, pesimista y derrotado, usted «siempre negativo, nunca positivo», cualquiera que lea su artículo le preguntaría ¿por qué? ¿por qué?. Debería usted tener en cuenta que gracias a esa mentalidad que tanto critica, hoy somos el país del que MÁS se habla en Europa, perdón, en el mundo.
Gracias a ese comportamiento triunfalista, resurgidor cual Ave Fénix, de nuestro país, gracias a ese comportamiento que tanto critica de pedir créditos engordados y que los concedan, de despidos pactados y subvenciones a doquier, hoy somos el pueblo que MÁS grande tenemos la casa, MÁS grande nuestro coche, MÁS grande nuestra deuda, MÁS elevada nuestra tasa de paro, MÁS caro el interés, MÁS baja nuestra prestación de servicios públicos y MÁS y MÁS cosas que no terminaría de enumerar y que parece que usted no valora como se merecen, no se da cuenta que es lo que estamos buscando desde hace muchísimos años, por lo que han luchado nuestros representantes políticos, por los que nos han concedidos esos maravillosos créditos, por lo que llevamos años comprando cosas que no podíamos pagar.
Sr. Ledo, la política que se ha estado aplicando hasta nuestros días en este país, así como el comportamiento de los españoles, es lo que hace que hoy se hable en el mundo de nosotros y que nuestro “Ratio” general sea tan “bestial”, pues como le enumeré anteriormente todo lo que tenemos en MÁS que lo que teníamos antes.
Y sí, todo ganadito a pulso, que ahora toca pagar?, pues coño a pagar, pero OJO, que seamos los que MÁS paguen, no perdamos nuestra identidad del MÁS y MÁS.
¿A esto le llama usted «Consecuencias»?, vamos por Díos, o Alá, o Jehová, o Yahvé, o …… no ve que hasta pocas son.
Insisto Sr. Ledo, ¡usted siempre negativo, nunca positivo!
Com diría el presunt molt deshonrat president de la generalitat: estem a la capdavantera de….. ¿de que?jajajajajajajajajaja
Me parece que ciertos grupos religiosos que consideran la automortificación una vía para expiar ‘culpas’ y ‘perversidades’ estarán contentos de contar entre sus filas con tan nutrido grupo de adeptos, pródigos.
¿Cuándo se han trabajado 7 horas?… ¿quiénes?… ¿Cuándo se ha cobrado por 12 trabajando menos?… ¿45 días de vacaciones?…
Vale, si se trata de escandalizar y volver el mundo del revés… vale. Claro que si se trata de rigor…
Pues verás, tres millones de funcionarios de 8 a 3 (7 horas), profesorado idem y bastante más de dos meses de vacaciones, todos los que trabajan con jornada contínua 7 horas. Entre los funcionarios tengo familiares y amigos, en el profesorado lo mismo y trabajo con compañeros que sólo hacen 7 horas. Y por si te parece poco en los Cabildos en verano de 8 a 2 (6 horas) ¿porqué? por que es verano, que mejor razón.
Debe entenderse entonces que la maltrecha economia real debe sus males a las condiciones de trabajo de 3 millones de empleados publicos… ?
A mi me cuesta.
No es esa la interpretación del artículo, no se puede definir el «todo» fijándose solamente en la «parte» que nos interese para defender nuestros postulados sin ningún tipo de autocrítica como pareces hacer tu. Insisto en que «todos» somos culpables de esta situación, cada uno en su medida, y no vale ese recurso tan español de echarle la culpa al otro de todos nuestros males.
Un saludo.
Sí, es cierto. Sucede que la ‘lectura’ que se hace del estado de las cosas me parece reduccionista y lacerante, todo en clave ‘nacional’ sin otros factores que relacionen al mal de muchos que es todo esto… Y, además, sostienes que hay quienes lo hacen bien y se cansan, fortaleciendo, en mi opinión, el mito y desdibujando la realidad causa-efecto.
Disculpas.