Cálculo electoral

Cálculo electoral.

Medio país vive en estos momentos en una suerte de interinidad política que poco a poco va paralizando las iniciativas de los diferentes gobiernos en espera de las tan ansiadas próximas elecciones.

En este trance se encuentran por ejemplo los catalanes con el gobierno central monitorizando el día a día con el 155 y el Parlamento catalán cada día mas convencido de que contra Rajoy se vive mejor incluso que contra Franco y –consecuentemente– no tienen ninguna prisa en formar un gobierno que tenga que ejercitarse como tal pues –al fin y al cabo– cobran igual sin tener que asumir ningún tipo de responsabilidad.

A estos se une ahora la Comunidad de Madrid que –de la mano de Cristina Cifuentes y su enroque en el caso Master– ha situado al gobierno autonómico al borde del colapso y ha provocado la esquizofrenia dentro del propio Partido Popular.

El Parlamento madrileño, paralizado en su actividad diaria ha quedado –si la moción de censura no lo remedia– para gestionar los pequeños asuntos de trámite de la administración.

Y en Canarias la situación del Parlamento comienza a ser de caos.

Suspendidas las elecciones de cargos representativos en diversas instituciones, la parálisis institucional se hace evidente.

De seguir en esta dirección podemos ya hablar de una legislatura perdida.

Es quizás en Canarias con todo lo que ya ha ocurrido en el pasado en donde la ansiedad de los políticos para situarse ante los próximos comicios se hace más evidente.

Y por último tenemos al mismísimo Gobierno central ensimismado en sus batallas internas y enredado en múltiples casos de corrupción que atenazan su funcionamiento.

La parálisis del Gobierno de Rajoy dificulta sobremanera la resolución de conflictos como el catalán o la aprobación de presupuesto y –esto último– provoca una reacción en cadena de inestabilidad en todas las Comunidades Autónomas del país.

Cataluña, Madrid, Canarias y el Gobierno Central todos ellos cobrando a costa del erario público sin cumplir las funciones para las que han sido elegidos y todos ellos pensando única exclusivamente como situarse en su particular «juego de la silla» para no salir muy perjudicados en las elecciones del próximo año.

Y aun así hoy mismo hemos sabido que el FMI ha incrementado su previsión de crecimiento para España del 2,4% al 2,8%.

Si todos esos políticos estuviesen trabajando –que es para lo que les votamos– imagínense cuanto mejor nos iría a todos.

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