Manos libres; esto es lo que ha conseguido Pedro Sánchez con su rotunda y contundente victoria.
Una victoria –abultada– sobre la mayor parte de la prensa –canalla– de este país, con «El País» a la cabeza.
Una victoria –abultada– sobre el potente «Apparátchik» socialista con Felipe a la cabeza y detrás toda la ristra de estómagos agradecidos del pasado.
Manos libres que permitirán a Pedro Sánchez formar un equipo a su medida y esperamos que mida bien al equipo del que se rodee pues ese será el quid de la cuestión para vislumbrar el futuro del Socialismo español.
No debería descuidar Sánchez esta cuestión pues una importante parte del apoyo conseguido se ha debido a personajes clave dentro del Partido y que gozan de un alto prestigio.
Cuestión aparte será el diseño de una operación a medio plazo que jubile de una vez a los «acomodados barones» y sus redes clientelares, sistema de control que conocemos muy bien en nuestra isla.
En el inminente Congreso se ha de percibir –claramente– la orientación hacia las políticas de izquierda que nunca debió abandonar el PSOE sin caer por esto en planteamientos fáciles o utópicos que solamente sirvan para la arenga mitinera sin ninguna posibilidad de implementación real –no somos podemitas–.
El reto no es sencillo por eso mismo hago hincapié sobre la necesidad de la formación de un buen equipo, cohesionado, congruente y leal con el proyecto que se defina.
En este proceso –cuyo primer paso se ha dado este domingo– hemos de vencer al «pasado» que ha representado inequívocamente Susana Díaz junto con Felipe, Zapatero, Guerra, Rubalcaba, etc,… Hemos de vencer al presente representado por el «abstencionista» Patxi López y hemos de luchar y trabajar duro por un futuro mejor y mas justo que parece que podrá ser encarnado en la persona del nuevo Secretario General.
Este proceso de cambio de modelo de partido no se consigue solamente con una victoria aislada, habrá que vencer muchas reticencias en los próximos congresos a celebrar por toda la geografía nacional.
El Socialismo se ha puesto en marcha y solamente de nosotros –la militancia– dependerá que se consiga el objetivo de volver a gobernar este país para transformar y corregir los desmanes llevados a cabo por la derecha.
En 2018 quizá se presente la primera oportunidad para derrotar al Partido Popular, por eso mismo no podemos entretenernos en celebraciones y fiestas, tenemos que conformar un partido firme, sensible con los desfavorecidos, intransigente con los insolidarios y sobre todo que cumpla siempre con la palabra dada.