La tercera vía

La tercera vía es una entelequia, o como bien dice Patxi López –por una vez estamos de acuerdo en algo– «La tercera vía es el nombre que le hemos puesto la izquierda a hacer políticas de derechas».

Y en esa «tercera vía» se ha quedado atrapada una buena parte del socialismo español desde hace ya demasiados años.

Pero es comprensible, pues desde la óptica de los barones –nuevos ricos– y su personal de apoyo, siempre dependiente del presupuesto nacional, la forma de perpetuarse en el poder no es precisamente ser osado en la conquista de libertades para sus conciudadanos, no es tampoco comprometerse con la redistribución de la riqueza.

Para perpetuarse en sus sillones, los políticos han de transigir y es ahí donde siempre salen perdiendo los ciudadanos pues ante el empuje de la derecha y su poder económico la izquierda se ha dejado por el camino sus prioridades en educación, sanidad y políticas sociales.

Mas allá de unas pocas leyes mal financiadas, este país no consigue afianzar una evolución coherente y progresista y para muestra nos basta con fijarnos en lo que viene ocurriendo históricamente con la ley de educación.

La tercera vía ha supuesto, todos estos años, una gran quimera, un pretexto para adormecer a una parte importante de la población.

El discurrir placentero por las variadas moquetas del poder se ha frenado abruptamente debido a la brutal crisis económica –en la cual hemos caído por nuestra permisividad con las políticas de derechas– y por la toma de conciencia del rumbo equivocado que había tomado nuestra sociedad.

La tercera vía no es sólo «hacer política de derechas» como dice el compañero Patxi, también se practica tercera vía «permitiendo un gobierno de derechas y además corrupto en prácticamente todos sus niveles».

Si compañero Patxi, un Psoe abstencionista es la prueba más evidente de lo arraigada que está la cultura de la tercera vía, esa que siempre busca algún tipo de componenda que contente a todo el mundo.

Para resumirlo: cuando Susana Díaz impuso la abstención para favorecer un gobierno de derechas y tu la apoyaste junto a los «nuevos ricos» del partido, no hacían todos ustedes más que practicar la tercera vía, la misma que ahora criticas.

Echando la vista atrás vemos que hemos de escoger entre el camino tortuoso o el más ancho y fácil, entre la luz o la oscuridad, lo bueno o lo malo.

No hay tercera vía, no te engañes compañero y no nos engañes.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *