Los gestores de la nada

Los gestores de la nada no se enteran.

Ha pasado poco mas de un mes y los gestores, administradores o,… encargados del PSOE no dan pie con bola.

El guirigay dentro del partido está siendo importante y amenaza –tal y como hemos pronosticado varias veces– con llevar al partido a la irrelevancia mas absoluta dentro del panorama politico de España.

Si estos advenedizos creen que el partido puede prolongar esta agonía un año hasta el próximo congreso es que son mas ineptos de lo que ya parecían a simple vista.

No estaría de mas que, ya que no dirigen ni gestionan nada –a la vista está lo ocurrido en el País Vasco– al menos se dedicasen a leer la prensa e intentaran sacar alguna conclusión de las múltiples encuestas que han salido a la luz estas últimas semanas.

Según todos los sondeos el batacazo socialista es de traca, al menos un 7%.

Ante los malos augurios los «encargados» hacen del silencio virtud y se quedan muditos –¿de que me sonará esto del mudito?–.

Ya que ellos, no saben/no contestan, intentaremos nosotros atisbar algún rayo de esperanza en esta situación.

Hay un dato interesante –hábilmente silenciado– por los medios de comunicación afines a PP y Podemos, y este es que el voto perdido por el PSOE no es una fuga hacia ningun otro partido sino hacia la abstención.

Del 7% que caería el socialismo menos del 1% recalaría en el gallinero podemita.

La gran estratega –la amiga susi– ha provocado el caos dentro del partido y con toda lógica los electores se retraen a la espera de ver cual será el camino futuro del partido.

Aunque delicada, la situación parece reversible siempre y cuando no esperemos UN AÑO! para presentar al país un nuevo proyecto socialista.

El golpe llevado a cabo por los «funcionarios» del partido y sus cargos de confianza afines no puede dar como resultado tener «secuestrado» a este partido durante un año, en un patético intento de conquistar la secretaría general a golpe de sanciones, expulsiones y demás añagazas.

El reto es inmenso, en primer lugar recuperar el partido para sus militantes y acto seguido ofrecer a la sociedad un proyecto de país que verdaderamente ilusione a la gente sin caer en las tentaciones populistas que se han advertido en los últimos tiempos.

Para caminar en este sentido es imprescindible reunirse, hablar y tomar resoluciones entre todos y para esto sólo hay un camino, un Congreso ya.

¿A que tienen miedo los encargados?