Podemitas, estamos en cuaresma

Estamos en tiempos de Cuaresma, de penitencia, de cilicio, de sacrificio, y eso mismo es lo que se le pide a todos los actores políticos en este momento, sacrificio.

No es momento para programas de máximos históricos, pues nadie -y menos los podemitas con sus líos internos y trapisondas- está en condiciones de imponer su particular visión de la sociedad al resto.

Particularmente, Pablo I de la Plurinacionalidad Española y V de Alemania, ha de penar y mucho por sus pecados de soberbia y prepotencia; pecados que le han llevado en las últimas semanas a tratar de manera altanera y humillante a una gran parte del electorado de este país, pues a no ser sus acólitos y sectarios seguidores, para él todos los demás somos poco menos que descerebrados porque no pensamos ni apoyamos estrictamente todas sus veleidades dictatoriales.

Como él mismo planteaba hace unos meses los podemitas tienen «un tiro»: por eso se reservaron todo lo posible hasta las generales, pero el tiro les está saliendo por la culata, pues ellos solitos, en su afán o su desfachatez creyéndose el ombligo del mundo, están cerca, muy cerca de resucitar al zombie en que se ha convertido Mariano Rajoy.

Ademas de penitencia, es tiempo también de reflexión, pero claro que una formación nacida de la inmediatez de los tuits y la burda espectacularidad de los debates televisivos no puede llegar a semejante alarde intelectual.

Reflexionar, pensar que no estás solo en el parlamento y que más allá de tus -por ahora- 42 correligionarios, hay otros 308 que también tendrán algo que aportar.

El reparto promovido por los ciudadanos mediante su voto impone taxativamente la negociación entre las partes y además, dada la dispersión, habrá que «integrar» lo más posible a todos aquellos dispuestos a colaborar, cediendo cada uno en sus afanes maximalistas y buscando el tan cacareado «bien común».

A ver, Pablo I, que no vale sólo con predicar que hay que cumplir lo que se predica, como buen mesías que te crees que eres.

Si Pablo Iglesias provoca el fracaso de un gobierno del PSOE habrá llegado el momento del duelo para nuestro país ante la perspectiva de un gobierno de derechas otros cuatro años.

No puedes presentarte ante nadie con 42 «respetables» diputados -pero 42 al fin y al cabo-, exigiendo ser vicepresidente y el control de todos los resortes «represores» del estado, ¿acaso no es su intención «controlarnos» mediante la utilización del CNI y la policía con la, ya sugerida, obediencia de la judicatura?

No cuela, parece que todas esas declaraciones que pululan por las redes cada vez llevan más razón y «ese» es el verdadero mesías, mucho más cercano al totalitarismo que al sistema democrático.

El último domingo de cuaresma, el domingo de ramos, el color que prevalece es el rojo, color que espero sea el que finalmente se imponga al morado-cuaresma, color triste donde los haya.

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