Un partido que se dice nacionalista, y no lo es.
Un partido que se dice progresista, y no lo es.
Un partido que se dice cumplidor de lo pactado, y no lo es.
Ese partido que traicionó el pacto, incluso antes de que se firmase, véase lo ocurrido en Tuineje, por ejemplo.
Ese mismo partido que nos ha gobernado durante los últimos veinte años con una arrogancia inaudita, viene ahora a rasgarse las vestiduras por una moción de censura en la isla de El Hierro.
La verdad es que su comportamiento es de una desfachatez que asusta y se parece cada vez más a las formas de actuar del PP.
Ese PP al que ahora hacen «ojitos» pues nunca se sabe lo que puede ocurrir en las próximas generales y hay que dejar todas las puertas abiertas, además ya tienen «portero» pues a Casimiro le ha faltado tiempo para volver a ofrecerse, sabiendo que de producirse semejante desatino, tendría en sus manos el control del ejecutivo.
Se equivocará Clavijo si cree que Soria y Curbelo pueden sustituir con garantías de honestidad al Psoe que intenta «emerger» de la mano de Patricia Hernández.
Es verdad que las aguas bajan turbias todavía en el Partido Socialista, es verdad que, desde mi punto de vista, ha sido un error mayúsculo no forzar un Congreso Extraordinario que zanjase el desorden interno y desalojase a elementos ya «amortizados» que no hacen sino enredar.
Pero también es verdad, y se lo repito Sr. Clavijo que no encontrará en la «otra» orilla, ni más honestidad, ni más lealtad a lo firmado. Pero no se equivoque Sr. Clavijo que este Psoe ya no es el de la «sumisión incondicional» del que disfrutó su antecesor.
El pacto firmado por CC y PSOE es para gobernar y en ningún punto he leído que tengamos que estar poniendo la «otra mejilla» todos los días.
Esto son lentejas, si las quieres las comes y si no las dejas.