Año 1975, Supertramp edita su cuarto álbum en medio de la crisis del petróleo desatada en la década de los setenta.
Desde esos años siempre hemos vivido o entrando en una crisis o saliendo de la anterior.
Estas últimas cuatro décadas han sido ciertamente convulsas, hemos soportado muchas vicisitudes para llegar hasta aquí, reconversión industrial, terrorismo, entrada en el euro, olimpiadas, mundial de fútbol, diseño autonómico, de la emigración a la inmigración y vuelta a empezar.
Y las cosas no se habían desarrollado demasiado mal hasta que llegamos a los felices 2000.
Ya saben, burbuja inmobiliaria y desastre monumental.
Y ahora, una vez que todo ha estallado, de repente no hay dinero para nada. Especialmente difícil se vive la situación en el mundo sanitario y educativo.
Pero a esta escasez de recursos se une una política de derecha pura, rozando en ocasiones con los planteamientos de ultraderecha.
Políticas que se afanan en el recorte de derechos aplicando una visión de «Antiguo Régimen» en el cual los nobles vivían sobre las espaldas de los vasallos.
En medio de este sombrío panorama de un 26% de paro, de recortes económicos, recortes sociales y recortes de derechos se vislumbra un atisbo de esperanza, un rayo de sol que augura una pronta salida de este túnel.
Hemos detectado dos datos positivos:
- Los partidos políticos incrementan un 30% su asignación económica.
- 900.000 € en subvenciones a las fundaciones dependientes de partidos con representación parlamentaria. (BOE 3 de marzo de 2014)
Ya ven no hay dinero para «casi» nada.