Es curioso, nací en 1960 y siempre he vivido en democracia.
No, no estoy equivocado, no me falla la memoria, ni he tenido que «modificar» las fechas históricas, como le gustaba hacer a los soviéticos en el pasado, y en estos días a algunas autonomías españolas.
Desde el año 1945 el sistema político español pasó a denominarse «democracia orgánica», en virtud de la promulgación de la Ley del Referéndum Nacional.
¿Curioso verdad?
Pues si, después llegó, al menos hasta el 81, la «democracia vigilada», que era la manera que teníamos los españoles de «avanzar pero sin pasarnos».
Y una vez celebradas las elecciones de 1982 podríamos decir que realmente conseguimos, aunque tímidamente, llamarnos ya «democracia parlamentaria».
Este sistema hay quien aun no lo ha entendido muy bien, sobre todo el poder ejecutivo, que en lugar de dedicarse a gobernar para que la gente viva más feliz, se pasa el día enredando para ver como controla al poder legislativo, al judicial, a la prensa, a los estudiantes, a los médicos,…
Este mismo poder ejecutivo nunca ha controlado a la banca ni a la gran patronal.
Y cómo bien decía un viejo profesor, la historia hay que conocerla para no volver a repetirla, que es lo que nos ha pasado a nosotros.
Esto vuelve a ser una «democracia orgánica».
El parlamento es un órgano consumido por las vendettas de los gobernantes de turno, no hay mas que leer estos días la prensa, y los que salen adelante son los mismos que salían en los años 50, los poderosos.
El panorama no es halagüeño pero es lo que hay.
Ahora parece que como el río baja turbulento hay quien pide que se inaugure otra democracia nueva la llaman «democracia real».
Yo mejor pediría Democracia, sin ningún tipo de apellido, que es la que nunca hemos tenido.
No es lo mismo una democracia representativa que una democracia que profundice en los mecanismos de participación activa y directa. No es lo mismo una democracia por sorteo, más parecida a la antigua democracia griega y en cierta manera más próxima a lo que se reivindica en la calle que una democracia orgánica como tú bien describes.
No es tiempo de reivindicaciones grandilocuentes, de discursos que aspiran a llamar a todo el mundo (buscando poder) y mueren por estar carentes de contenido. Todo sabemos que queremos democracia, pero tenemos que tener claro qué democracia.
La principal razón de hacer los recortes en la educación no es más dejar a los futuros votantes en la ignorancia, para poderlos manipular con ideas vagas sean socialistas, comunistas o neoliberales. Es solo mirar de que están llenas las iglesias cristianas, sectas y la religión católica; de millones de personas solo con educación básica de mala calidad de sus países de origenes. Podemos ver como en los países africanos, asiaticos y suramericanos es facil de llevar al pueblo a elegir a gobernantes corruptos.
Lo peor de todo es que el pueblo se da cuenta de eso, y en las próximas elecciones lo vuelven a elegir. Las manifestaciones sirven de algo, pero me da miedo que se vuelva a repetir en España lo que sucedió con Alemenia después de la I Guerra Mundial. El Neonazismo en Europa está creciendo y ya estoy viendo varios dirigentes muy parecidos a Hitler, aunque no sean nazista, pero tienen el liderazgo que tuvo Hitler en su época. Esperemos no llegar a una situación igual a la Alemania de la decada de los 30s.