
En su última comparecencia pública, el presidente del gobierno, Mariano Rajoy, después de un largo rato de disquisiciones y de poner todo tipo de excusas al comportamiento de su «gobierno» durante este último año, acabó pidiendo «comprensión y tiempo».
Resulta curioso que un presidente que no ha mantenido ni uno sólo de sus compromisos electorales, pasado un año solicite de su pueblo, «comprensión y tiempo».
El mismo presidente que se regodea en «repartir sufrimiento», como dice ese derechista estilo «Tea Party» en qué se ha convertido Gallardón.
Ese presidente que se regodea metiendo el dedo en el ojo del catalanismo más cateto.
Ese presidente que corre que se las pela en su afán privatizador de todo lo que se menee y sea susceptible de producir beneficios.
Ese presidente nos pide «comprensión y tiempo».
¿Para qué quiere más tiempo?
Veamos, ha destrozado el sistema educativo, se ha cargado toda la política social del estado, ha puesto al sistema sanitario en coma, ha colocado al poder judicial contra las cuerdas, se ha cargado la libertad de expresión en rtve, ha ninguneado hasta el extremo a los sindicatos, ha hincado la rodilla ante la banca y lo más triste, le ha metido la mano en el bolsillo a nuestros mayores, esos que hoy día mantienen con su pensión a medio país.
Si le damos más tiempo acabaremos beatificando a Aznar.
Pero como les decía al principio, «ese» presidente en un alarde de cinismo, nos ha pedido «comprensión y tiempo», y yo, por lo que a mi respecta le digo que eso mismo es lo que le piden «muchas» familias a los bancos cuando tienen un problema con su hipoteca, «comprensión y tiempo».
Espero que los españoles, más pronto que tarde, le contesten igual que sus amigos los banqueros y lo desahucien.
You are doing an incredible job buddy. Regards from Hotel Charles de Gaulle. Keep together with the great do the job.