«El viejo era flaco y desgarbado, con arrugas profundas en la parte posterior del cuello. Las pardas manchas del benigno cáncer de la piel que el sol produce con sus reflejos en el mar tropical estaban en sus mejillas. Esas pecas corrían por los lados de su cara hasta bastante abajo y sus manos tenían las hondas cicatrices que causa la manipulación de las cuerdas cuando sujetan los grandes peces. Pero ninguna de estas cicatrices era reciente. Eran tan viejas como las erosiones de un árido desierto. Todo en él era viejo, salvo sus ojos; y estos tenían el color mismo del mar y eran alegres e invictos.»
Ernest Hemingway
En nuestro particular imaginario el pescador suele ser un hombre viejo y canoso, con la tez quemada por el frío y el sol, con hondas arrugas llenas de sabiduría, sosegado, paciente, conocedor de todo aquello que atañe a la mar, su mar.
Es a su vez un venerable anciano al cual todos los chiquillos, e incluso los que ya no lo somos tanto, escuchamos con avidez sus relatos de tiempos pasados, esos tiempos en los que la medida de la vida era el propio hombre.
Esos relatos nos dejaban boquiabiertos y nos hacían ver que la virtud no consiste en ganar o perder sino en luchar, en aceptar la derrota cuando esta llega y volver a levantarse para seguir en la lucha.
La vida es como es, absurda e ininteligible, sin meta ni propósito.
La única verdad que no necesita explicaciones es el amor.
Preciosa entrada, me ha encantado. Gracias por compartir
Shalom.Un pequeño apunte Mencey Macro.El viejo de -Ernest Hemingway,nacio en el -Charco de San
Gines-Titerogakaet-Lanzarote-,y emigrò a Cuba,fuè cuando de un largo vivir,conocio a Ernest.Me alegra
que se acuerden Del Viejo y elMar,era un Canario Amazigh como un dia de fiesta,y un gran conocedor
de nuestro continente africano.Sus familiares te lo agradecen estoy seguro……Ahul Artufat…….
Shalom.
Nuestra webcam de Cotillo le muestra una vista del mar hasta en horizonte, tal y como se puede apreciar desde las terrazas de su viejo puerto.