
Hace un año éramos, está claro, un año más jóvenes.
Todavía creíamos que la crisis se acabaría en 2011, bueno no todos creíamos eso, pero lo que tenía claro todo el mundo es que Zapatero no se comía el turrón en la Moncloa.
Hace un año nos encontrábamos inmersos en una huelga salvaje llevada a cabo por los controladores aéreos.
Un año después nos encaminamos directos a otra huelga del servicio aéreo.
Está claro que no hemos aprendido nada en este ultimo año pues insistimos en cargarnos la última industria que le queda al país.
En una situación critica a nivel europeo, provocada por los alemanes, en España, los que van a la huelga son los millonarios, otra vez.
Mis fuentes en centroeuropa me indican que tanto Sarkozy como la Merkel están perplejos con nosotros.
En un país con una deuda privada inmensa, con cinco millones de parados, recortes en sanidad, educación y en toda clase de subsidios, los que amenazan con una huelga son los privilegiados.
Pero creanme, los entiendo.
Que se puede esperar de un país que recorta los gastos de sanidad y educación y mantiene mas de 20 televisiones autonómicas, casi 300 senadores sin funciones, 17 reinos de taifas con sus correspondientes parlamentos, gobiernos, directores generales, coches oficiales, miles de ayuntamientos de tamaño irrisorio, subvenciones a miles de asociaciones y ONG’s de lo mas ridículas.
Viendo el panorama entiendo que los pilotos de Iberia hayan dicho «tonto el último» y se hayan decidido a salvar sus privilegios sin ningún pudor.
Deja vu.