
Hemos superado el 20N, ya estamos a 23, y seguimos aquí. No se ha hundido el mundo, ni se han desatado todos los males contenidos en la caja de Pandora.
Se impone antes de nada felicitar a los ganadores y desear, tal como he reiterado en diversas ocasiones, que Rajoy sea el presidente de todos, porque en este momento se necesita el esfuerzo de todos nosotros para encaminar la salida de la crisis.
El presidente electo tendrá que liderar a un país en una situación muy difícil.
Se han de abordar decisiones importantes y se ha de intentar un equilibrio, difícil está claro, entre los recortes y la parte mas «social» del presupuesto estatal como son la educación y la sanidad.
Dicho esto, se equivoca el que piense que a partir de ahora hay que salir a la calle a gritar al viento.
Se ha de imponer el diálogo y el sentido común. Si tomamos la vía griega, de la algarada y las huelgas sin sentido, estamos abocados al mas absoluto fracaso.
Y una vez felicitado el ganador, hemos de recordar que cuando uno gana otro pierde, y este, el perdedor ha de hacer autocrítica, no basta con decir que el pueblo nunca se equivoca a la hora de votar.
Algo habremos hecho mal y desde luego que el último «mutis» de Zapatero, dejando solo a Rubalcaba en la noche electoral no ha sido mas que la rúbrica desagradecida de un mal dirigente.
Pero esto es agua pasada, el año 2012 se antoja complicado y haríamos bien en olvidar las diferencias y dedicarnos a sacar a flote esta nave.
No he querido entrar en las típicas disquisiciones sobre numero de votos, porcentajes, escaños, y demás zarandajas, tiempo habrá.
Lo importante ahora es ponerse a trabajar, ya hablaremos del resto.
Claro que se han hecho cosas mal, en España se hicieron más viviendas que en Francia, Alamania e Italia juntas, eso causo un efecto llamada, cuando estallo la burbuja, todo se paro, de ahí los 5.000.000 de parados, que pais que se precie, basa toda su economia en la construcción, esta es la realidad, cosa que no quiere ver ni el PP ni el PSOE. y así nos va.