Estamos rodeados de obras. Es el sino del momento electoral en que vivimos.
Ya no es suficiente con pretender ser el centro de atención a todas horas, con ese irrefrenable deseo de ser el niño en el bautizo, la novia en la boda y el muerto en el entierro, con ese afán por hacerse omnipresente a toda la «parroquia» cual jesuita posmoderno.
Ya no basta con el paripé diario y el discurso sensiblero y a la vez altanero de quien se cree por encima del bien y del mal. (Este proceder tiene un cierto regusto a «Despotismo Ilustrado»).
Y llegados a este punto la ocurrencia siempre es la misma, asfalto, zanjas, tierra y calles cortadas por doquier, coñ…, que se sepa quien manda y que se note. Ni siquiera es necesario que las cosas se hagan bien, sòlo que se hagan «rápido».
Al fin y al cabo la memoria del votante es corta, no mas allá de un mes, y por eso es tan fácil realizar «ciertas» campañas electorales, porque ya nadie recuerda que en estos últimos cuatro años se iba a aprobar el Plan General de Puerto del Rosario, se iban a comenzar las obras de la nueva Central Elèctrica, se iba a regenerar Playa Blanca, se iba a construir un museo, se iban a poner en marcha varios colegios, de los decentes, no barracones, se iba a dar «la vuelta» a la ciudad y ponerla mirando al mar,… Cuentos chinos.
Esta capital, con c minúscula, languidece a la espera de un impulso renovador, un cambio importante que la sitúe en sus justos términos, como Capital de esta Isla, como el municipio de referencia de Fuerteventura, como un lugar de trabajo, pero también de ocio y convivencia.
Es esto lo que queremos los vecinos, no queremos que estén todo el día «acompañandonos en el sentimiento», no queremos una ciudad aburrida e insulsa.
Puerto del Rosario tiene que ser una ciudad divertida, alegre, acogedora, moderna, una ciudad de la que poder sentirse orgulloso, y en la que se pueda pasear a la sombra de un árbol.
Todo esto se puede conseguir, tenemos los medios, pero no basta con desearlo, hay que poner al frente a alguien con la suficiente fuerza y empuje.
Piensenlo bien, después no vale lamentarse.
No puedes tener más razón, todo el mundo lo ve, todo el mundo está de acuerdo, pero en cuanto propones hacer algo, todo el mundo mira al cielo y silba. Desesperante.
Cuánta razón tienes Javier!! Hay gente que irónicamente dice que tendría que haber elecciones cada seis meses, para que hagan algo!!!! Saludos.
Estoy completamente de acuerdo. Puerto del Rosario deja mucho que desear como Capital de la isla. No hay movimiento, no hay lugares de ocio que no impliquen comprarse cuatro camisetas en el centro comercial…
El tema de los colegios es una vergüenza desde hace muchos años, y que apuren las obras en esta época electoral… la pregunta es ¿por qué caen los votantes en estas "trampas" tan obvias?
Necesitamos cambio.
la cuestión no es sólo proponerlo, si hay 3 personas que quieren hay que pasar a la acción y hacerlo, la gente después se van sumando.Por desgracia ésto funciona así. Animo.
Los ciudadanos solo tenemos la oportunidad de cambiar las cosas cada cuatro años, no dejemos escapar esta oportunidad, las cosas se pueden hacer de otro modo, a por el cambio a mejor