Mal momento para ser Secretario General el escogido por Pedro Sanchez.
Hace ya tres años el Sr. Rodriguez de la Borbolla –en una entrevista de apenas siete minutos– diseccionaba magistralmente los modos y maneras de conducirse que tienen las «juventudes» de los diversos partidos políticos.
“se aprende magníficamente,…sólo se aprende como maniobrar y como conspirar para estar en el mando y para mantenerse en el mando”
….
“no tienen que dar respuesta ante nadie, no responden ante ningún ciudadano, no están ante la sociedad, no tienen que rendir, digamos, resultados, entonces es una organización que se nutre de su propia vida, en esa vida el poder es lo único, es lo único a lo que se tiende, y es una escuela mala.”
Los partidos políticos se encuentran «minados» por este tipo de afiliados.
Son –en su mayoría– personas que nunca han tenido una ocupación remunerada en el mundo real y han vivido siempre a cobijo del salario del partido y muchos de ellos –de enredo en enredo– se han colocado bajo el paraguas del presupuesto publico en sus diversas facetas como, político de «carrera», empleado público, personal de confianza y demás zarandajas.
Este tipo de gente no suele moverse por ideales políticos y muchísimo menos por el bien común, están acostumbrados a velar únicamente por su abultado salario que cobran a costa de sus convecinos.
Esta es la gangrena que corroe al sistema político de nuestro país.
Cualquier pacto o acuerdo se corresponde siempre con un beneficio implícito o explícito para si mismos dejando a un lado el bien común del país o del partido al que pertenecen.
Esta gangrena politica esta haciendo peligrar la propia democracia que tantos años nos ha costado conseguir.
El PP roba sin pudor, en el PSOE se ha desatado la guerra total y sin cuartel y los podemitas «aferrados» ya al sueldo público insultan a los gallegos porque no les han votado.
En los tres casos parece que el interés de todos y cada uno es «salvar» sus poltronas.
La reflexión final de Rodriguez de la Borbolla en la cita anterior era «es una escuela mala» y esa es –según el mismo decía– la escuela de la que provenía Susana Díaz.
Desde mi punto de vista –a día de hoy– Pedro Sanchez está más fuera que dentro y no porque sea mejor o peor político sino porque no tiene la misma escuela que su oponente.