¿Oportunidad perdida?

Un relevo fútil
Un relevo fútil

El discurrir político en estos últimos dos años está siendo especialmente duro para el partido socialista, un partido en la oposición, que sufre más desgaste que la derecha en el poder.

Algo inaudito pero merecido.

La permanente indefinición ante los problemas o las propuestas «chuscas» por no utilizar ninguna otra palabra malsonante, no ayudan a recuperar la confianza del pueblo.

La sensación de interinidad que proyecta el liderazgo de Rubalcaba no hace más que ahondar esta pérdida de confianza.

El empecinamiento en esta estrategia inmovilista nunca ha dado muy buenos resultados.

El partido muestra síntomas inequívocos de anquilosamiento, de desesperanza, de hastío, y estas «sensaciones» no motivan ni al trabajo interno ni al acercamiento de nuevos ciudadanos a nuestras sedes.

Este proceder de la cúpula socialista solamente beneficia al aparato del partido que ante la inanición de su propia militancia, acaparan puestos en el organigrama interno y se aseguran, al menos, su particular potaje.

Acomodados en sus particulares despachos fruto de coaliciones, apaños o prebendas no reaccionan por «temor» a perder su estipendio.

A estas alturas del post ya estarán muchos revolviéndose en sus sillones y otros, «estómagos agradecidos» preparando argumentos en defensa de sus posiciones, y sobretodo de sus jefes. Pobres ilusos.

¿Y en Fuerteventura?, ¿que pasa en Fuerteventura?

Por desgracia la situación no se intuye mucho mejor, se vislumbran los «mismos vicios» acrecentados además por nuestro especial microcosmos insular.

La renovación del «aparato» insular no ha surtido el efecto deseado y se aprecia una creciente desazón ante el futuro.

El desasosiego y disgusto de la militancia es patente.

Y no se trata en estos momentos de «cambiar el chip», esta frase hecha, y muy manida por cierto, no dice nada por si misma. Si este es el «programa» para ganar en el futuro vamos listos.

Ya han pasado los tiempos de ofrecer «el cambio», así sin más.

Las milongas de este tipo sin ningún sustento ideológico han pasado a mejor vida.

El pueblo, esos ciudadanos a los que prometemos servir, necesitan, quieren y exigen propuestas concretas, palpables.

Ninguna promesa grandilocuente podrá acercar al pueblo a las urnas.

Yo desde mi ignorancia propongo tres cuestiones que sirvan nada más que de punto de partida, pero concretas, muy concretas.

1º.- Eliminación, unilateral, de todos los cargos de confianza y enchufados que mantenemos en las distintas administraciones, Cabildo y Ayuntamientos.

Estableceríamos, a mi juicio, un precedente importante y sobretodo «valiente», que sería muy bien acogido por la ciudadanía y por los propios funcionarios que ven como hay personas cobrando un sueldo inmerecido, tanto por la manera de acceder al puesto, como por el trabajo que desarrollan.

Y si con este movimiento algunos quisieran abandonar el partido, pues adelante.

2º.- Una persona, un cargo.

No podemos tener en nuestras filas militantes que acaparen poder. No es esa, creo, la concepción de la sociedad que debe tener un socialista.

3º.- Establecer un compromiso ético con la sociedad, según el cual cuando ocurran, que ocurrirán, comportamientos inapropiados o delictivos incluso, nosotros los socialistas no podemos «mirar hacia otro lado».

La ética no es un detalle menor, aunque muchos de mis compañeros lo crean.

No estamos para dar lecciones de ética, está claro, hemos de comenzar por practicarla nosotros.

Esto no son más que «puntos de partida», después habrá que hacer camino y «no será un camino de rosas, pero valdrá la pena».

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