OPERACION BIKINI

Con los primeros calores han llegado las prisas, todo el mundo se ha echado a la calle a correr y a sudar para ponerse a «tono» y no hacer el ridículo en los días de playa que se avecinan.
Tenemos que dejar atrás los excesos gastronómicos de las ya lejanas navidades, los carnavales, el baile de Taifas y el mes de las comuniones. No se me escandalicen, aquí caen todos, creyentes, ateos, agnósticos, rojos, azules, verdes, etc,… en Mayo nadie se salva de una buena comunión.
Hasta aquí todo normal para las fechas que corren, pero la semana pasada comencé a observar signos evidentes de que «los tiempos estan cambiando», (Bob Dylan dixit). Los políticos se han puesto las pilas y han comenzado una carrera para ver quien se baja primero el sueldo, si han leído bien, «quien se baja primero el sueldo», no «quien se lo baja más». Y ante esta sutil? diferencia, fué cuando me di cuenta de que mi amigo Dylan tendrá que esperar, los tiempos, mi niño, no cambian tan facilmente, y mira que la canción ya tiene sus añitos.
Los políticos de esta hornada, (mala cosecha, te lo digo yo), se han puesto de perfil y se han  bajado el sueldo «un poquito» lo justo para quedar medio bien ante el electorado. De todos es sabido que la única votación en la que «siempre» se consigue unanimidad es la de la subida del salario al inicio de la legislatura. A partir de ese momento todo son problemas, no se ponen de acuerdo ni para tomar unas cañas.

Antaño los maestros tenían «vocación», ahora son «funcionarios de la enseñanza», los políticos, a su vez, han dejado a un lado el servicio público y se han convertido en una suerte de mercenarios, no importando, en un porcentaje demasiado elevado, que ideas han de defender, siempre y cuando la «soldada» sea cuantiosa. Así es como hemos llegado en este país a convivir, sin sorprendernos lo más mínimo, con palabras tales como, cohecho, prevaricación, especulación,… o más claro; robo.
No quiero que se entienda con esto lo típico de «son todos iguales», no. Pero los políticos de verdad, que los hay, han de levantar la voz aun a riesgo de ser expulsados de sus partidos por sus propios y corruptos compañeros, e intentar regenerar la vida pública de este país. No nos queda otra opción.
En los últimos sondeos, el pueblo español rechaza tanto a Zapatero como a Rajoy. Mal síntoma, si no se toman medidas urgentemente, las pròximas elecciones podría ganarlas ese partido que todo demócrata teme: el partido de la abstención.

Y llegados a ese punto no valdrá de nada tirarse los trastos entre PSOE y PP buscando culpables,  estaremos en un callejón oscuro y habremos perdido 30 años de nuestra vida construyendo una democracia  sin ningún tipo de fundamento.
Esta crisis nos está despertando del sueño de la transición y del sueño europeo y al abrir los ojos, hemos pillado a muchos de nuestros compañeros, como vulgarmente se dice, con las manos en la masa. 
Cuanto antes debemos reaccionar o nos pesará.

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